Recién Nacidos: Capturando los primeros días de magia
Programar una sesión fotográfica con un recién nacido no es una tarea sencilla. Por eso, la reservo basándome en la fecha prevista de parto, asegurando un espacio flexible en mi agenda para adaptarnos a la llegada del nuevo integrante.
El período ideal es entre el 7º y 15º día de vida. ¿La razón? Después de la segunda semana, los recién nacidos comienzan a experimentar cambios rápidos: duermen menos, su sueño se torna más ligero y abandonan la icónica posición fetal. También pueden aparecer ciertas molestias como los cólicos.
Aunque mi recomendación es llevar a cabo la sesión por la mañana, siempre tomamos en cuenta tu disponibilidad. Estas sesiones pueden ser extensas, variando entre dos y cuatro horas, pero en realidad, es el ritmo y las necesidades del bebé quienes dictarán el tempo. Un consejo valioso: un bebé bien alimentado tiende a dormir plácidamente. Así que, si no estás amamantando, considera traer un par de tomas adicionales.
Deja las preocupaciones atrás. Mi estudio está equipado meticulosamente para garantizar el confort y la seguridad de tu pequeño. Cuento con una amplia variedad de atrezzos, ropa y accesorios, todos diseñados especialmente para recién nacidos.
Los padres y hermanos están más que invitados a participar. Aconsejo sobre el vestuario adecuado para que todo el conjunto refleje armonía.
Los primeros días de vida de un bebé son efímeros y transformadores. Esta es tu oportunidad de inmortalizarlos, de celebrar y recordar cómo ese nuevo miembro llegó y cambió para siempre el ritmo de la familia.